jueves, 12 de enero de 2012

Real Madrid vs F.C. Barcelona: La oportunidad del cambio.


Buenos días desde La Caverna.

Aun a riesgo de que alguien pueda pensar que menosprecio al C.A. Osasuna que ya dejo claro no es mi intención, todo hace presagiar que en cuartos de final de la Copa de S.M. el Rey se dará el enésimo clásico de nuestro fútbol, que no es otro que el R. Madrid vs F.C. Barcelona.

La verdad es que a mí, tantos clásicos seguidos en unos pocos meses me han llegado a hartar bastante pues antes, durante y sobre todo después, es imposible hablar de otros asuntos, dándole vueltas una y otra vez a los mismos temas en los que nunca llegamos a una “entente”. También hay que reconocer que, dada mi condición de merengue, estoy en parte harto porque cansa sobremanera que te estén “mojando la oreja” una vez tras otra; de haberse dado otra situación seguramente estaría ávido de clásicos, pero no es así.

En lo que sí creo firmemente es en que esta nueva ocasión que nos brinda la Copa es a su vez una nueva ocasión para que el Real Madrid como institución de muestras de que las cosas pueden cambiar, no tanto a nivel deportivo pues a día de hoy el FCB sigue superior y no es probable que observemos un cambio significativo en la tendencia, pero sí en lo social y en lo que a imagen se refiere. Me explico.
En esta probable eliminatoria pueden ocurrir dos cosas, la primera es que el FCB pase a semifinales, a priori lo más normal, y la segunda que el que pase a semifinales sea el RM. Lo importante desde mi punto de vista en cualquiera de estos dos casos no es quién gane la eliminatoria sino cómo se afrontan los partidos y la manera en que se encaje la derrota o la victoria. Quiero aclarar también que esta afirmación la hago con la firme convicción de que mi equipo puede salir victorioso, no quisiera parecer que doy por perdida la eliminatoria y ya me estoy lamiendo las heridas; aclarado queda.

Volviendo al tema principal, creo que el RM tiene una asignatura pendiente que antaño aprobaba con nota y ahora no llega al insuficiente, utilizando un símil académico; esa asignatura es la de ser un club querido y admirado allá por donde vaya. Está claro que estos sentimientos y sensaciones no se cultivan pensando en que florezcan de un día para otro, para ello hay que recorrer un largo camino plagado de gestos, palabras, responsabilidades, sentido común y tolerancia, pero aun reconociendo que esto no es fácil, sí que es una verdad inexorable que todo largo camino tiene un comienzo y yo me pregunto ¿por qué no aprovechamos esta ocasión y empezamos de cero en esta próxima eliminatoria?

Los madridistas tenemos la ocasión, tenemos los medios y tenemos las ganas de que las cosas cambien y es por eso que tenemos que exigir que la eliminatoria se juegue con todo el respeto del mundo, con el estilo que nuestro entrenador crea oportuno (que para eso es el míster) pero con respeto, si luego resulta que perdemos debemos hacer autocrítica felicitando al adversario, y si resultamos ganadores nos alegraremos, lo festejaremos y no haremos leña del árbol caído ya que, si algo debemos tener claro, es que se enfrentan los dos mejores clubs del mundo (desde mi punto de vista) y, por lo tanto, ambos serían justos vencedores y honorables vencidos. Así es como deben ser las cosas y así es como siempre debieran haber sido, pues la paz y sensatez institucional es ahora mismo mucho más necesaria que los éxitos deportivos, por mucho que los trofeos te encaramen a lo más alto o te hagan caer a lo más profundo. Las urgencias históricas nos han llevado a donde estamos ahora con el resultado que todos hemos podido comprobar, seamos listos y aprendamos la lección.

Es más que seguro que de debajo de las piedras saldrán las voces discordantes que ni quieren ni creen en el cambio,  obedeciendo su postura a intereses meramente personales, que pueden ser de carácter económico o de carácter ególatra, ya que esta situación da pie a muchos y suculentos titulares y multitud de repetitivas loas babosas que alimentan el ego de aquel que nunca lo tuvo. Es de agradecer que estos casos sean los que menos aunque en ocasiones se les oiga más, pero no por mucho hacer ruido se tiene más razón, ésta la da o la quita el tiempo, la memoria, los actos y las palabras, que son las que ponen a cada uno en su sitio. Uno es aquello que dice y hace, por lo tanto, digamos y hagamos lo correcto, no lo fácil.

Un cambio es posible y tenemos la oportunidad a la vuelta de la esquina, yo creo en ello ¿y tú?